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CONOCER..............HUELVA Y PROVINCIA

El tren minero, traslada a los visitantes a tiempos pasados

J. M. M.
Una vez más, por su gran importancia, traemos a estas páginas turísticas uno de los resortes con los que cuenta la deprimida comarca de la Cuenca Minera para reactivar una actividad que pueda tirar del carro de la economía y el desarrollo de la zona a través del turismo. Este resorte no es otro que el Tren Minero, que ya tiene gran aceptación por la buena cantidad de visitantes que se acerca cada fin de semana a la zona de Minas de Riotinto.

Con la puesta en marcha del ferrocarril turístico se pretendió, entre otras cosas, recupera el trazado original sobre la línea comercial Riotinto-Huelva. El tren parte de Talleres Mina, donde se reparaba la maquinaria ferroviaria, efectúa la primera parada en Zarandas, perfectamente equipado núcleo industrial de otro tiempo, y desemboca en «Los Frailes», una antigua estación habilitada como refugio de montaña.

Refrescando la memoria histórica de una época que tanto significó para la provincia de Huelva, y que siempre es muy bello rememorar, hemos de decir que este medio revolucionó el transporte de mineral en la comarca a partir de 1873, cuando la Compañía Inglesa se instala en Riotinto e inicia una extracción a gran escala. Un muelle embarcadero en Huelva daba viabilidad al mineral hacia Inglaterra y los mercados internacionales, al mismo tiempo que conectaba con las minas en un trayecto de 84 kms.

La plataforma discurre fielmente por el margen derecho del río Tinto, hecho que constituye un atractivo más de la vista, pudiéndose apreciar las variantes que presentan el caudal y la intensidad del color (cobre e hierro). La presencia del río genera la ubicación de diversos puentes y túneles, así como determinados molinos en piedra emplazados en los márgenes del Tinto. En relación a la constante supervisión del trazado, se instalaron múltiples casetas de control, casas de palancas y diez estaciones intermedias, elementos sincronizados y en colaboración por y para el perfecto funcionamiento del tráfico ferroviario.

En escasos kilómetros, el viaje nos descubre dos ambientaciones con fuerte impacto: Zarandas y la «Pata del Caballo», o lo que es lo mismo, connotaciones extraterrestres en territorios degradados y, reserva natural, zona cinegética respectivamente. La impresión subjetiva del pasajero le lleva a confrontar dos mundos de forma indistinta, el Bucólico y el Surrealista, de los que disfruta en vagones restaurados de principios de siglo que, arrastrados por una máquina de vapor de 1883 (la más antigua de España en funcionamiento), o bien por otra diesel de los 70, recorren 24 km de vía principal.

El viajero, sin casi evitarlo, va trasladándose al pasado y se sumerge en el deambular continuado de locomotoras (143 en total), vagonetas de mina diversas (más de 2.000), vagones de pasajeros y mercancías (1.200), máquinas grúa y demás que, conjuntamente engranaban un incombustible tránsito ferroviario que ponía de manifiesto el nivel de la ingeniería británica del momento. La evolución en medios de transportes en los 60 desfasa el ferrocarril. En principio se suspenden los traslados de pasajeros y ya en 1975 el Muelle de Huelva fue paralizado definitivamente. Muy poco queda del que se consideró «el mejor ferrocarril del mundo», largas y vacías vías, edificios abandonados, arqueología industrial en definitiva hoy sujeta a las pautas de nuestro Patrimonio, y de hecho al alcance del visitante. Toda una aventura turística.
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